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Investigación y conocimiento
La ciencia se ocupa de adquirir conocimientos objetivos acerca de la naturaleza, la sociedad, el hombre y su pensamiento. La adquisición de conocimiento no es solamente privativo, sino que existen numerosas formas de llevarlo a cabo, por ejemplo, cuando recibimos las enseñanzas transmitidas de padres a hijos o aprendemos folklore, de las costumbres o de nuestro propio sentido común. Lo que ocurre es que el conocimiento disponible a través de tales fuentes u otras similares resulta en muchas ocasiones insuficiente para solucionar determinados problemas y es necesario acercarse a ellos de manera más sistemática.
Esta forma “especial” de adquisición del conocimiento ha adquirido a lo largo de los siglos un carácter peculiar que se ha denominado investigación científica. Sin embargo, tal actitud investigadora no parte ni a partido nunca de un vacío absoluto, pues es de suponer que antes de que hubiera ciencia, existía un conjunto de conocimientos que bien podríamos llamar sentido común. A este tipo de conocimientos se le ha denominado conocimiento ordinario a distinción del denominado conocimiento científico, así el sentido común de hoy es posiblemente el sentido común de ayer corregido y mejorado por medio de la ciencia.
Investigación científica es el nombre general que obtiene el largo y complejo proceso en el cual los avances científicos son el resultado de la aplicación del método científico para resolver problemas, tratar de explicar determinadas observaciones. También permite hacer mención al conjunto de actividades de índole intelectual y experimental de carácter sistemático, con la intención de incrementar los conocimientos sobre un determinado asunto.
Una investigación científica, es un proceso sistemático, se obtiene información a partir de un plan preestablecido que, una vez asimilada y examinada, modificará o añadirá conocimientos a los ya existentes, organizado ya que es necesario especificar los detalles vinculados al estudio y objetivo porque sus conclusiones no se amparan en un parecer subjetivo, sino en episodios que previamente han sido observados y evaluados.
La ciencia pone a nuestra disposición específicas herramientas y conceptos que nos ayudan a que no nos engañemos a nosotros mismos, ya que nuestras creencias y pensamientos pueden inducirnos al error por falta de información relevante o por obtener información falsa.
Lateralización y dominancia hemisférica
La lateralización hemisférica es un concepto que hace referencia a la especialización de cada hemisferio cerebral en una serie de funciones cognitivas concretas como, por ejemplo, el lenguaje o la memoria.
Las personas que son más lógicas y mejor en los cálculos deben de tener un hemisferio izquierdo dominante; personas que son más creativas e intuitivas, tienen un hemisferio derecho dominante” Este es el tipo de descripciones de personalidad que la gente cree estar relacionada con la dominancia cerebral, pero resulta que esto podría no ser cierto.
Por ejemplo, el hemisferio izquierdo también se ha relacionado con la tramitación de las matemáticas, cálculos y el pensamiento lógico, además de la lengua; mientras que el hemisferio derecho parece estar a cargo de las habilidades espaciales y musicales, de la informática visual y el reconocimiento de rostros. Sin embargo, ambas partes del cerebro trabajan juntas en el tratamiento de los datos globales.
Ser bueno en matemáticas no significa que el hemisferio izquierdo sea mejor y sea el más adecuado. Ambos hemisferios trabajan juntos para trabajar mejor en la clase de matemáticas; la diferencia de una persona a otra depende principalmente de cómo se organiza la red cerebral de esta manera podemos encontrar diferencias entre personas a la hora de resolver los problemas matemáticos. No hay las suficientes pruebas experimentales que demuestren la existencia de la dominancia hemisférica.
Cada hemisferio cerebral está especializado en una u otra capacidad cognitiva ¿Cómo sabemos esto? Bueno, durante años, los científicos han estudiado cómo las alteraciones en los hemisferios cerebrales afectan ciertas habilidades, como el habla y la visión, por ejemplo. Muchos estudios han demostrado que cuando un hemisferio está dañado, algunas tareas normales se ven afectadas y las personas tienen problemas en la vista o pierden la capacidad de hablar o de comprender palabras.
El cerebro es como una fábrica que procesa la información: se divide en regiones que son expertas en descifrar cierto tipo de datos, cómo ejemplo describiremos el áreas de la Broca, ubicada en la tercera circunvalación frontal del hemisferio izquierdo involucrada en la producción del lenguaje, si se producen lesiones en esta zona podemos observar empobrecimiento del lenguaje, disminución de la fluidez verbal, reducción de la fluidez alternante (modelo de categorías) e incapacidad de entender el significado en textos de mayor complejidad. Y el Área de Wernicke situada en la zona del lóbulo temporal izquierdo, se relaciona con la comprensión de palabras, función que se complementa con el área de Broca que procesa la gramática. Una lesión en el área de Wernicke puede provocar que una persona no comprenda lo que oye. Este ejemplo demuestra que existe una especialización no absoluta de los hemisferios cerebrales.
Se puede llegar a la conclusión que hoy por hoy, no se disponen de las suficientes pruebas científicas que avalen la existencia de dominancia hemisférica. La literatura científica apoya que en cada proceso psicológico los hemisferios cerebrales trabajan conjuntamente para resolver los problemas y de la existencia de una especialización hemisférica pero que no es absoluta.
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